RÍO DE JANEIRO, BRASIL.- De enero a junio de este año, SuperVía registró un promedio de 440 casos de vandalismo al mes en el sistema ferroviario. Las acciones incluyen lanzamiento de piedras contra los parabrisas, puertas de trenes dañadas, ventanas arrancadas, destrucción de baños, robo de estaciones, hurtos de cables y equipos, grafitis, entre otros hechos.
Además de dañar el patrimonio público, las acciones irregulares afectan el día a día de los pasajeros que necesitan utilizar los trenes en sus desplazamientos. También se ve perjudicada la inversión de R$ 3,3 mil millones que la concesionaria ha venido realizando desde 2011, junto con el Gobierno del Estado, en todo el sistema ferroviario.
Del total de actos de vandalismo, 85% fueron directamente contra los trenes. SuperVía contabilizó 2.030 casos de puertas de trenes dañados, generalmente con objetos colocados irregularmente para impedir su cierre durante los viajes. Este tipo de acción se considera criminal por exponer la vida y la salud de terceros. La concesionaria también registró 57 casos de lanzamiento de piedras contra los parabrisas, 45 grafitis y 112 casos de ventanas y visores de puerta arrancados durante los viajes. Dentro de los trenes, hubo 34 actos irregulares más como, por ejemplo, asientos y respaldos arrancados, equipos hurtados y luminarias destruidas.
Hato de cables
Los cables de señalización y de energía también son objetivos. En este primer semestre, hubo 239 eventos que implicaban robo o intento de robo de esos materiales. SuperVía gasta, cada año, aproximadamente R$ 6 mil millones en reposición de cables.
La ausencia de los cables de señalización, por ejemplo, puede provocar desde atrasos em la circulación de los trenes, debido a la necesidad de operación manual de la señalización, hasta la interrupción temporal del tráfico, por medida de seguridad, para restablecer las condiciones de circulación. Ya el hurto de cables de energía puede afectar la iluminación de las estaciones, el sistema de audio, además del funcionamiento de las boleterías, de los torniquetes y de los ascensores.
Depredación de estaciones
También se registraron 80 casos de depredación en estaciones, subestaciones y lugares que albergan equipos de la concesionaria. Entre los daños se encuentran: robo de candados y puertas; cámaras de monitoreo rotas; tuberías de agua dañadas y robo de medidores de agua, placas de comunicación, luminarias y reflectores. Hace pocos días, por ejemplo, personas aserraron uno de los portones de la estación Mezquita para hacer posible el embarque en el tren sin pagar pasaje. Ya invadieron la estación Sampaio y hurtaron dos reflectores. El entresuelo nuevo de la estación Olímpica de Engenho de Dentro, permanece cerrado para reparaciones desde el 31 de mayo, cuando gente en situación de calle prendieron fuego a los cables de suministro, comprometiendo la estructura de iluminación del lugar.
Los baños habilitados por SuperVia en sus estaciones también fueron blanco de 65 acciones de vandalismo, como puertas arrancadas, grifos y basureros robados y descargas dañadas. Se suman todos los períodos de cierre necesarios para la realización de reparaciones, los servicios sanitarios quedaron comprometidos por 140 días.
SuperVía repudia acciones como estas que dañan el patrimonio público y apela para que la población ayude a mantener la calidad y el funcionamiento del sistema ferroviario. La empresa recuerda que los agentes de control de la concesionaria no tienen funciones de policía y actúan en todas las estaciones con el objetivo de informar y ayudar a los pasajeros.
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