PORTO ALEGRE, BRASIL.- Hace 34 años, en marzo, tuvo lugar la ceremonia de inauguración de la línea 1 de Trensurb, entre las estaciones de Mercado y Sapucaia. Dos días después del acto de inauguración, el 4 de marzo de 1985, el metro abrió sus puertas definitivamente para la población, con el inicio del funcionamiento comercial.
En medio de las celebraciones de este aniversario, Trensurb presentará la edición 2018 de su Informe Socioambiental, que cada año quiere ofrecer transparencia en las acciones y resultados obtenidos por la empresa y funcionar también como herramienta de evaluación del rendimiento. El informe es más un canal de rendición de cuentas, con información sobre la actuación y las estrategias corporativas en diferentes ámbitos, donde se destacan las contribuciones de Trensurb a la sociedad a lo largo del año, principalmente en relación a las cuestiones sociales y medioambientales, temas centrales en la actuación de la empresa a lo largo de más de tres décadas.
La empresa, para celebrar esos 34 años de servicios a la población, ofrece además una programación especial, que incluye la inauguración de tres nuevos espacios culturales.
Una historia de más de tres décadas
Trensurb fue creada a través del Decreto Federal n.º 84 640, del 17 de abril de 1980, para implantar y hacer funcionar una línea de metro en el eje norte de la región metropolitana de Porto Alegre y atender directamente a la población de la capital y de los municipios de Canoas, Sapucaia do Sul, São Leopoldo y Novo Hamburgo. Comenzó a idearse a partir de 1976, gracias a los estudios desarrollados por el Grupo Executivo de Integração da Política de Transportes (Geipot) de la Empresa Brasileira de Planejamento de Transportes. La justificación del proyecto era la reducción del flujo de vehículos en la BR-116, ya saturada por aquel entonces, y la oferta de una alternativa de transporte de bajo coste y más rápido, seguro y cómodo para la población.
Entre los años 1980 y 1985 se llevaron a cabo los trabajos necesarios para la implantación de la línea, incluidos los rieles y traviesas, la instalación de la red eléctrica, la adquisición de trenes y equipos, las obras de reorganización del tráfico de automóviles y la construcción de las estaciones. El primer tramo de la línea 1, inaugurado en 1985, tenía una extensión de 27 km y 15 estaciones, conectando Porto Alegre con Sapucaia do Sul. En 1997, Trensurb llegó a la ciudad de São Leopoldo, inaugurando la estación Unisinos y, en el 2000, se abrió la estación São Leopoldo. En julio de 2012, comenzaron a funcionar comercialmente dos estaciones más: Rio dos Sinos, también en São Leopoldo, y Santo Afonso, en Novo Hamburgo. En mayo de 2014, se inició el funcionamiento comercial en otras tres estaciones más del municipio hamburguense: Industrial/Tintas Killing, Fenac y Novo Hamburgo. De este modo, la línea alcanzó la extensión actual de 43 km.
Durante esos 34 años de funcionamiento, Trensurb transportó 1440 millones de pasajeros, contribuyendo a agilizar el tráfico por carretera, con la consiguiente reducción de los gastos de mantenimiento de las vías públicas y del número de accidentes. Al utilizar energía limpia y renovable, el metro promueve además la reducción de la contaminación ambiental.
Responsabilidad socioambiental
Solamente el año pasado, Trensurb transportó 51 751 903 usuarios, con una media de 171 205 pasajeros por día hábil. Con esto, según datos del Informe Socioambiental de 2018, se evitaron cerca de 61 000 viajes de autobús por mes, que deberían hacerse para cubrir la demanda atendida por el metro. Si no se utilizase la red de metro, se emitirían alrededor de 15 000 toneladas de dióxido de carbono, 96 toneladas de hidrocarburos y 17 toneladas de monóxido de carbono.
Cuando un pasajero utiliza un medio de transporte, incurre en gastos directos del funcionamiento (como combustible y tiempo personal), denominados «internos», que son asumidos por él y considerados cuando decide trasladarse. Sin embargo, existen gastos que el usuario no paga directamente y que no están considerados en su decisión, por lo que se categorizan como «externos», como la contaminación o el retraso provocado al resto de los usuarios. Estas consecuencias se denominan «externalidades». El Informe Socioambiental, que busca evaluar los impactos positivos del funcionamiento de la línea de Trensurb para la sociedad, presenta el cálculo de cuánto costarían las externalidades generadas por la sustitución de todos los viajes de metro por desplazamientos en autobús.
Las externalidades tenidas en cuenta en el informe son la emisión de contaminantes, los accidentes de tráfico y el tiempo adicional de viaje que se generarían si no se utilizase la red de metro gestionada por Trensurb. El coste social total estimado para dichas externalidades en el año 2018 es de 162.4 millones de reales. Esto quiere decir que el trabajo de Trensurb generó, en el año pasado, un ahorro correspondiente a 162.4 millones de reales para la sociedad, teniendo en cuenta las externalidades mencionadas. De ese valor, el 76.19 % hace referencia al coste del tiempo adicional de viaje, el 15.48 % al coste de emisión de contaminantes y el 8.33 % al coste que suponen los accidentes.
Además del impacto positivo de la actividad/fin empresarial para la sociedad y el medioambiente, Trensurb lleva a cabo también diferentes acciones socioambientales y culturales. Estas acciones, que incluyen la recogida y eliminación de residuos, actividades de concienciación, un programa de formación profesional e iniciativas para promover la cultura, se describen en el Informe Socioambiental de 2018 que pronto podrá consultarse íntegramente en la página web de Trensurb. El informe proporciona además datos básicos sobre la empresa, información sobre transparencia, comunicación, gestión de recursos humanos y rendimiento económico, además del balance consolidado.