El camino lo iniciaron las empresas del suburbano de Madrid y Barcelona, con la comercialización del nombre de las estaciones, y Metrovalencia estudia seguir la iniciativa para explotar otra línea de negocio, confirmaron ayer fuentes de la empresa. La decisión no está tomada todavía, precisaron, y se está en la fase de analizar los costes de la remodelación de toda la cartelería y señalética afectada, además de los folletos.
En el otro platillo de la balanza se sitúan los ingresos que podrían generarse. Se trataría de acompañar los nombres actuales con uno comercial y aprovechar el paso de miles de personas por esos andenes para generar lo que denominan los expertos impactos publicitarios. El primer paso se ha dado en una parada del tranvía en Alicante, rotulada con el nombre de ‘La Goteta-Plazamar 2’ en referencia la segunda parte a un cercano centro comercial. En el caso de Valencia, el asunto está algo más atrasado, aunque se cuenta con información de lo que se hace en otras ciudades.
«Puede haber incluso patrocinios de servicios en este tipo de acuerdos», indicaron fuentes de la compañía en referencia a eventos que se identifiquen con marcas comerciales y vincularlos al transporte público. La empresa está empeñada ahora en aumentar el pasaje con motivo de los partidos de fútbol del Valencia, por lo que esto puede ser una línea a explotar a medio plazo.
El principal obstáculo es el encaje administrativo, sobre todo con los contratos actuales de soportes publicitarios, tanto en las estaciones como en los vagones del tranvía que se tematizan en alguna campaña publicitaria. En el análisis también cuenta la rentabilidad de estos cambios, al tener en cuenta que Madrid y Barcelona tienen muchos más usuarios de este medio de transporte público.
Cualquier cambio en la rotulación de las estaciones debe estudiarse con calma, precisaron. Este tipo de modificaciones puede ser bien recibidas por los clientes o causar un rechazo hacia la imagen corporativa de Metrovalencia.
En caso de que salga adelante, lo que está claro es que serán «contratos largos, de tres a cuatro años», para permitir la amortización del cambio de cartelería, planos y demás soportes donde aparezca el nombre de las estaciones afectadas.
Podría darse el mismo caso que en Alicante, es decir, alguna prueba para comprobar el interés de las empresas en presentarse al concurso. A medio plazo, hay alternativas muy ‘jugosas’ como es la estación de Beniferri, desconocida con ese nombre para miles de personas pero que queda a tiro de piedra del nuevo estadio del Valencia en la avenida Cortes Valencianas. Un uso compartido del nombre recibiría con seguridad varias propuestas.
El mercado está abierto a todo tipo de posibilidades. En el caso de Barcelona, el alcalde Xavier Trias presentó este viernes un plan de patrocinio corporativo para añadir marcas comerciales a las denominaciones de estaciones o líneas de metro, líneas de autobús, el teleférico, el funicular y a espacios singulares en la red de transporte. La empresa de Metro de Madrid ha añadido el nombre de una empresa de telefonía a una línea completa y todas sus estaciones, con la referencia obligada de Sol, una de las más transitadas de todo el suburbano.