La Terminal Grand Central de Nueva
York, coloquialmente conocida Estación Grand Central o acortando,
simplemente, Grand Central, es una terminal de cercanías situada en
la calle 42 con Park Avenue, en el medio Manhattan de la ciudad
estadounidense de Nueva York.
Construida y bautizada por el
Ferrocarril Central de Nueva York en pleno apogeo de los viajes
ferroviarios de viajeros de larga distancia, hoy es la estación más
grande del mundo en lo que a número de andenes se refiere: 44, con
67 vías a lo largo de ellos. Estos se encuentran en dos niveles,
ambos subterráneos, con 41 vías en el nivel superior y veintiséis
en el inferior, aunque el número total de vías a lo largo de los
andenes y en terrenos ferroviarios anejos supera las cien. La
terminal cubre un área de dioecinueve hectáreas.
Cercanías
La terminal da cobertura al
ferrocarril de cercanías de Metro-North, que llega hasta los
condados de Westchester, Putnam y Dutchess, en el Estado de Nueva
York, y hasta los condados de Fairfield y New Haven, en
Connecticut. Hasta 1991, la terminal daba cobertura a Amtrak, que
se mudó a la cercana Estación Penn tras concluirse la conexión
Empire.
Según una encuesta publicada por la
revista Viajes y Ocio, publicada en octubre de 2011, Grand Central
es “la sexta atracción turística más popular del mundo”, siendo
visitada, aproximadamente, por 21.600.000 de personas
anualmente.
Además de andenes, Grand Central
tiene restaurantes, panaderías, establecimientos de comida al peso,
quioscos, un mercado gourmet y hasta cuarenta establecimientos
comerciales.
Sótano secreto
Bajo la estación se localiza un
sótano secreto, conocido como M42, que contiene los convertidores
de corriente continua y alterna que suministran corriente eléctrica
a la estación. La ubicación exacta de M42 es un secreto muy bien
guardado, aunque se ha mostrado en algún programa de televisión.
Durante la Segunda Guerra Mundial, estas instalaciones se guardaron
muy cuidadosamente porque se temía un sabotaje que impidiera el
movimiento de las tropas.
El vestíbulo principal es el centro de Grand Central. Mide 84
metros de largo y 38 de alto. Las taquillas se localizan en el
vestíbulo, aunque muchas de ellas se encuentran cerradas tras la
introducción de máquinas expendedoras. El principal mostrador de
información se encuentra en el centro del vestíbulo, y constituye
además un tradicional punto de encuentro. El reloj de cuatro caras
sobre el mostrador de información constituye quizás uno de los
iconos más reconocibles de la estación. Las cuatro caras son de
ópalo. Sotheby’s y Christie’s calculan que su valor oscila entre
los siete y los catorce millones de euros.
El gran reloj
escultórico
Fuera de la estación, el reloj
situado frente a la fachada de Grand Central, contiene el mayor
ejemplo de cristal Tiffany del mundo, y está rodeado de esculturas
de Minerva, Hércules y Mercurio, diseñadas por el escultor francés
Jules-Felix Coutan. En la época en que se inauguró, este trío
escultórico se consideraba el más grande del mundo. Mide 14,6
metros de alto, mientras que el reloj del centro tiene una
circunferencia de cuatro metros.
En 1998, la restauración de Grand
Central dejó al descubierto la cubierta original del vestíbulo,
decorada con motivos astronómicos. La cubierta original, concebida
en 1912, se reemplazó en los años treinta para corregir la
escayola, que se estaba desprendiendo. Esta nueva cubierta estaba
oscurecida por décadas de lo que se pensó era humo de carbón y
diesel, pero, un minucioso estudio reveló que se trataba
simplemente de alquitrán y nicotina del humo del tabaco.
Demolición en 1900
Entre 1899 y 1900, el edificio central prácticamente se demolió.
Se amplió de tres a seis pisos, con una fachada completamente
nueva. El depósito de trenes se mantuvo. Se suprimieron algunas
vías que se prolongaban al sur de la calle 42 y se reconfiguró la
playa de trenes en un intento de reducir la congestión y el tiempo
de rotación de los trenes. El edificio reconstruido se rebautizó
con el nombre de Estación Grand Central.
La construcción de Grand Central creó una especie de mini ciudad
dentro de Nueva York, incluido el hotel Commodore y varios
edificios de oficinas. Además, incentivó la construcción de
edificios por los alrededores, incluido el edificio Chrisler.
Entre 1939 y 1964, la cadena CBS ocupó una parte importante de
la terminal, especialmente sobre la principal sala de espera. Desde
sus instalaciones, se retransmitieron famosos programas televisivos
como el de Edward Murrow, programas que el actor George Clooney
recreó en la película “Buenas noches, buena suerte”.
Jacqueline Kennedy, su salvadora
En 1947, más de 65 millones de personas, el equivalente al 40
por ciento de la población de Estados Unidos, viajó a través de
Grand Central. Sin embargo, los ferrocarriles pronto cayeron en un
importante declive por la competencia de las autopistas y el
tráfico aéreo, fuertemente subvencionados por el gobierno.
Todo ello desembocó en planes para demoler la estación, que
suscitaron una viva oposición, muy especialmente de Jacqueline
Kennedy Onassis, viuda del asesinado presidente de Estados Unidos,
que muchos consideran salvó a la estación y como tal figura su
nombre en una placa conmemorativa de la estación. Muy poco después
la estación fue declarada monumento histórico.
En 1975, el magnate Donald Trump adquirió el hotel Commodore y
accedió a renovar la fachada exterior de la estación.
Grand Central ha sido escenario de numerosas novelas, películas
y series de televisión como “Gossip Girl”, “El coleccionista de
huesos”, “Cotton Club”, “El rey pescador”, “Hackers” y la “Casa de
Carroll street”, entre otras muchas.