El Gobierno vasco afronta un objetivo ambicioso: redefinir el sistema de transporte público en toda la comunidad autónoma para crear una red en la que todos los medios -autobuses urbanos, interurbanos, tranvía, metro y tren- se coordinen de manera eficaz. Eso sí, se tomará el ferrocarril como «eje vertebral», adelantan fuentes del Departamento de Transportes, porque es el servicio más rígido, pero también el más sostenible y el que tiene más capacidad.
Todo esto se recoge en el Plan de Movilidad Sostenible que el Ejecutivo de Vitoria está redactando y que será aprobado durante el primer semestre de este ejercicio. Así, vendrá a sustituir al actual programa de transporte sostenible de 2002, que está vigente hasta 2012. A juicio de los actuales gestores de la consejería que dirige Iñaki Arriola, este documento «no ha cumplido con los objetivos» ya que ni ha logrado reducir el uso del vehículo privado ni ha conseguido «desacoplar el crecimiento económico de la demanda de transporte, también de mercancías». Además, el futuro plan establecerá la creación de órganos de evaluación que, utilizando criterios objetivos, medirá el éxito o fracaso de las medidas implantadas.
Puede hablarse de un triple objetivo: mejorar la eficiencia energética, también la económica en la gestión, y facilitar a los usuarios una red de transportes que satisfaga mejor sus necesidades. Eso, «al margen de la administración que sea competente» en cada caso. Aunque en este punto es previsible que diputaciones y ayuntamientos, responsables de diferentes medios, puedan ver amenazada su autonomía.
¿En qué se traducirá todo esto? Desde Transportes ponen como ejemplo la redefinición de las líneas de autobuses urbanos en Vitoria tras la implantación del tranvía, mediante la cual se evitaron duplicidades y se buscó que ambos servicios se complementaran.
INTEGRACIÓN TARIFARIA
Un elemento clave para lograr un servicio en red eficiente es la integración tarifaria, que supone ir un paso más allá de los actuales instrumentos de pago común como es el Creditrans en Bizkaia o la BAT en Vitoria. La integración implica, por ejemplo, «dividir cada territorio en varias zonas y propiciar saltos de una a otra con un mismo precio», explican desde Lakua. En este sentido, ya existe una comisión en el Consorcio de Transportes vizcaíno (CTB) -impulsada por el Ejecutivo autonómico y en la que también participan el Ayuntamiento de Bilbao y la Diputación de Bizkaia- con el fin de propiciar una «integración real y no sólo un sistema de pago común» entre los distintos medios de transporte.
Por otra parte, el plan que está elaborando el Gobierno vasco contempla la creación en el seno de la Autoridad de Transporte de Euskadi de un grupo de trabajo de coordinación de servicios, siempre desde la premisa de contemplar el ferrocarril -tren, metro y tranvía- como eje vertebral. «El transporte por carretera debe complementar esa red, nutriéndola y generando una relación de complementariedad, no de competitividad», explican desde el Ejecutivo.
Además, según el esquema esbozado desde Lakua, la coordinación derivará también en un escenario de eficiencia económica, no sólo porque se incrementarán los viajeros, sino porque diferentes medios dejarán de competir para pasar a ser complementarios. Naturalmente, el transporte público siempre será deficitario y así se asume, pero la mejora en la eficiencia, según la tesis del Gobierno vasco, reducirá el volumen de los números rojos y contribuirá a «mejorar la competitividad del territorio».