Las medidas puestas en marcha por la campaña contra el fraude de Metrovalencia, iniciada en noviembre de 2009, han conseguido reducir al final de 2013 hasta el 2,28 por ciento el índice de impagados, relativo al número de personas que acceden a la red sin billete. Una cifra que se sitúa en porcentajes históricos en Valencia.
En Navidades, miembros de la Policía Autonómica comenzaron a acompañar dentro de las unidades a los agentes de FGV que realizaban los controles de billetes en base a sus competencias en materia de seguridad de las personas y de las instalaciones autonómicas, como es el caso de Metrovalencia.
Por líneas, el mayor porcentaje de fraude del pasado año se situó en los itinerarios con tramos en superficie, encabezando la lista la Línea 1 (Llíria/Bétera-Villanueva de Castellón), que posee casi 100 kilómetros de longitud, siendo sólo unos 8 km en subterráneo, con el 3,73 por ciento. Después de la línea con más trazado a cielo abierto, se situaron las de tranvía 4 y 6, también en superficie, con el 3,57 por ciento y, finalmente, las Líneas 3 y 5, con el 0,56 por ciento, siendo la última totalmente soterrada.
Estos datos se han obtenido de los cerca de mil controles en los que se han efectuado comprobaciones a 308.925 viajeros a lo largo del año pasado en las distintas líneas de metro y tranvía. Dichas intervenciones dieron lugar a un total de 7.215 multas a usuarios de Metrovalencia.
Cuando se puso en marcha la citada campaña, en noviembre de 2009, el índice de fraude se situaba en el 7,42 por ciento, pero en el cierre de ese mismo año se redujo al 6,77 por ciento, lo que supuso una disminución de 0,65 puntos en menos de sesenta días, los primeros de la misma.
Con posterioridad y al intensificar la campaña durante 2010, al concluir dicho año el porcentaje se situó en el 4,62 por ciento, lo que supuso por primera vez rebajar el listón del 5 por ciento. En 2011 se volvieron a reducir los impagos hasta situarlos en el 3,18 por ciento, que se fijaron en el 2,93 por ciento en 2012.
Anteriormente al desarrollo de la campaña, los índices de fraude ya habían sido reducidos en más de dos puntos en los primeros diez meses de 2009 gracias a la implantación de la tarjeta sin contacto y la fidelización de clientes merced a convenios con entidades públicas y asociaciones. De hecho, el ejercicio de 2008 terminó con un índice de impagos del 9,87 por ciento y, justo cuando comenzaron las actuaciones de FGV contra este delito en noviembre 2009, se situó en el 7,42 por ciento.
El fraude es más elevado en tramos de superficie; donde no hay estaciones con personal de FGV, como apeaderos; en los vestíbulos secundarios no atendidos; en las estaciones de trasbordo metro-tranvía y en las instalaciones soterradas antes de la hora de cierre.
Medidas contra el fraude
La mencionada campaña contra el fraude aglutina ocho medidas organizativas y técnicas. La primera se basa en la promoción de tarjetas mensuales y títulos de larga duración, mediante tarifas de bajo coste y concertadas, especialmente a través de convenios con entidades públicas y asociaciones.
La segunda es la puesta en servicio del CIAC (Centro Integral de Atención al Cliente) con la finalidad de promover una atención al usuario más cercana y ágil. Se concreta en la instalación del telemando centralizado, interfono y cámaras en vestíbulos, lo que permite controlar la apertura y cierra de canceladotas desde el Puesto de Mando de manera continua, 24 horas al día.
La tercera ha permitido incrementar la disponibilidad de expendedoras automáticas de títulos de viaje en el 95 por ciento de las estaciones y de las canceladoras en apeaderos en el 98 por ciento.
La cuarta medida permitirá la instalación de líneas de validación en algunas estaciones abiertas y paradas más concurridas de las líneas de intercambio entre tranvía y metro (Empalme, Sant Isidre y Marítim-Serrería) y Líneas 1 y 3 en exterior.
En quinto lugar, se está procediendo a la modificación de las líneas de validación en todos los vestíbulos secundarios de las estaciones sin presencia continua de agentes y con altos índices de fraude, mediante pasos más elevados, flaps sin posibilidad de cruzamiento lateral, dobles líneas, etcétera.
El sexto punto es el incremento del servicio de intervención en líneas tranviarias y de metro en exterior, vinculado a objetivos concretos, gestionado directamente por las líneas de metro y tranvía que se está desarrollando con un gran éxito.
La séptima medida es la modificación del apartado sobre sanciones, aumentando el importe de la misma hasta 50 euros y estableciendo una reducción del 60 por ciento (quedando en 20 euros) por pago voluntario inmediato o días posteriores. Anteriormente, la sanción establecía una percepción que es el doble del precio del billete o suplemento de 10 euros. Se facilita el pago a través de entidades bancarias.
La octava y última actuación fue la puesta en marcha en su día de una campaña de información y sensibilización bajo el título de “YO Sí” en trenes, tranvías y estaciones, a través de cartelería, información por teleindicadores y megafonía.