El trazado de esta línea cruza la ciudad de norte a sur con un 60 por ciento de su recorrido vegetalizado, buena parte de él con plantas aromáticas, y, además de la implantación de la propia vía, ha supuesto actuaciones en cuarenta hectáreas de espacios urbanos.
Esas actuaciones incluyen cinco aparcamientos disuasorios para coches, con un total de 1.080 plazas, y seis para bicicletas, la remodelación de diez plazas, la plantación de más de dos mil árboles, tres vías mixtas para peatones y bicicletas y 19,3 kilómetros de viales ciclables complementarios.
La línea incluye un tramo de 1.800 metros, en el centro histórico de la ciudad, entre la plaza Choseul y la estación de ferrocarril de Tours, que también cruza el río Loira, equipado con sistema de alimentación sin catenaria APS de Alstom.
La construcción y equipamiento de la línea han supuesto una inversión de 402 millones de euros y su capacidad de transporte prevista es de unos 55.000 viajeros diarios, atendidos por un parque de veintiún tranvías Citadis de Alstom que permiten ofrecer servicio desde las 5.00 a la 1.00, los siete días de la semana con intervalos de seis minutos en las horas punta.
El alfabeto de la línea
Tours es desde 2010 ciudad Patrimonio de la Humanidad y ese título de la Unesco ha pesado a la hora de afrontar el diseño global de la primera línea tranviaria de la ciudad que buscaba convertirse en un factor más de identidad, a caballo entre la historia, el urbanismo, y la exigencia de movilidad.
El poco convencional equipo de diseño de la línea que comenzó a trabajar en 2009, para dar coherencia a todo el proyecto, estaba formado en torno a una agencia de diseño especializada en transporte público que se completó con un artista plástico experto en trabajos al aire libre, un diseñador industrial, un geógrafo, un investigador en urbanismo, un escultor, autor de la iluminación de la Grand Place de Bruselas, y un músico.
Este equipo multidisciplinar definió en un libro blanco, denominado “El alfabeto de la línea”, la identidad del Tranvía de Tours y su inscripción en el paisaje urbano, social y cultural de la ciudad y los distintos barrios que atraviesa. Sobre esa base en Tours todo el conjunto del proyecto tranviario se ha convertido en soporte artístico a cielo abierto.
En cada vehículo una secuencia de siete bandas verticales blancas y negras, de 8,7 centímetros de ancho, enmarca las puertas dobles y se prolonga en los andenes de cada parada. Una de ellas continúa en el tótem vertical que identifica cada parada y todo ello contrasta con los equipos de billética rojos. Detenido en la parada, el vehículo da la sensación de continuidad y unidad con la infraestructura.
Además, en dos de los aparcamientos de automóviles ligados a la línea, en dos puntos del paso del trazado sobre el río Loira y en otros dos en la estación de ferrocarril, y en una pérgola de la plaza del municipio de Joué les Tours que también sirve la línea, el artista Daniel Buren ha instalado sus creaciones.
Luz y sonido
En el puente sobre el río Cher que desemboca en el Loira en Tours, se ha instalado una iluminación de colores que se encienden de modo aleatorio al paso de los tranvías, mientras que el conjunto de la línea tiene una iluminación nocturna blanca, reforzada en los lugares más significativos del trazado.
Al acercarse a las estaciones y a la entrada en los distintos barrios de la ciudad, una grabación de una soprano lo avisa cantando, y un pequeño fragmento musical creado ad hoc en ritmo de jazz anuncia cada parada.
Para rendir homenaje a los escritores relacionados con Tours y su región, la Universidad François Rabelais de la ciudad ha elegido 130 fragmentos literarios que ornan las paradas.
Las citas de Rabelais, Ronsard, George Sand, Balzac, Leonardo da Vinci o La Fontaine, entre otros, se refieren al clima, el paisaje, la luz o el modo de vivir de la zona y definen sus peculiaridades.
El vehículo
El Sindicato de los Transportes de la Aglomeración de Tours, Sitcat, encargó en septiembre de 2010 a Alstom, veintiuna unidades de su modelo Citadis 402 de 43,7 metros de longitud, 2,40 de ancho y 3,40 de altura, equipadas con el sistema de alimentación por el suelo APS.
Los trenes, con dos cabinas de conducción, tienen siete módulos, ocho puertas de acceso por costado, seis de ellas dobles de 1.300 milímetros de anchura, y 84 asientos. Su peso es de 57 toneladas en vacío y su capacidad de 280 viajeros. Desarrollan una velocidad media de servicio de 19,5 km/h.
El coste total de la flota de la que tres unidades estarán como reserva, ha sido de 73 millones de euros. El diseño interior y exterior del tranvía es obra del colectivo responsable del diseño global de la línea y del departamento de diseño de Alstom.
En el interior la iluminación se adapta a la intensidad de la luz exterior y puede ser más suave en verano o más intensa y cálida en invierno. La librea exterior, en acero, tiene un efecto espejo que refleja, día y noche los edificios de la ciudad, las nubes o el sol, como lo hace el agua del Loira que atraviesa Tours.
En el testero, cortado casi en vertical, no hay faros y sólo dos bandas luminosas de leds iluminan los carriles y, además de señalar el sentido de la marcha, blanco delante y rojo detrás, a los peatones y automovilistas, dan la sensación de que el tranvía se desplaza como un cursor sobre la vía.
El vehículo tiene piso bajo integral y sistemas de climatización, videovigilancia e información visual y sonora. Están construidos con un 98 por ciento de materiales reciclables y consumen un10 por ciento menos de energía que generaciones anteriores de la plataforma, gracias al uso de materiales compuestos en su construcción y por la mejora de la eficiencia de la cadena de tracción.
En el espacio para los viajeros domina la madera en los paramentos y el gris en la tapicería, y se definen espacios para escribir o leer, conversar, un ambiente salón para personas con dificultades de movilidad, espacios para bicicletas, e incluso un asiento “canapé para dos “.
Las paredes interiores no son simétricas, una de color madera y otra de color rojo seda, e incluso hay dos tipos de barras para asirse, verdes y lisas o marrones y rugosas, y en sus puntos de ramificación se sitúan unos adornos en forma de brotes vegetales, de veintiún modelos diferentes y realizados por alumnos y maestros artesanos, en latón, acero o bronce.